La planificación de la distribución en planta incluye decisiones acerca de la
disposición física de los centros de actividad económica dentro de una instalación.
Un centro de actividad económica es cualquier entidad que ocupe espacio: una
persona o grupo de personas, la ventanilla de un cajero, una máquina, un banco de
trabajo o una estación de trabajo, un departamento, una escalera o un pasillo, etc. El
objetivo de la planificación de la distribución en planta consiste en permitir que los
empleados y el equipo trabajen con mayor eficacia. Antes de tomar decisiones
sobre la distribución en planta es conveniente responder a cuatro preguntas:
¿Qué centros deberán incluirse en la distribución? Los centros
deberán reflejar las decisiones del proceso y maximizar la
productividad. Por ejemplo, un área central de almacenamiento de herramientas es más eficaz para ciertos procesos, pero guardar las
herramientas en cada una de las estaciones de trabajo resulta más
sensato para otros procesos.
¿Cuánto espacio y capacidad necesita cada centro? Cuando el
espacio es insuficiente, es posible que se reduzca la productividad, se
prive a los empleados de un espacio propio e incluso se generen riesgos
para la salud y seguridad. Sin embargo, el espacio excesivo es
dispendioso, puede reducir la productividad y provoca un aislamiento
innecesario de los empelados.
¿Cómo se debe configurar el espacio de cada centro? La cantidad
de espacio, su forma y los elementos que integran un centro de trabajo
están relacionados entre sí. Por ejemplo, la colocación de un escritorio
y una silla en relación con otros muebles está determinada tanto por el
tamaño y la forma de la oficina, como por las actividades que en ella se
desarrollan. La meta de proveer un ambiente agradable se debe
considerar también como parte de las decisiones sobre la configuración
de la distribución, sobre todo en establecimientos de comercio al detalle
y en oficinas.
¿Dónde debe localizarse cada centro? La localización puede afectar
notablemente la productividad. Por ejemplo, los empleados que deben
interactuar con frecuencia unos con otros en forma personal, deben
trabajar en una ubicación central, y no en lugares separados y distantes,
pues de ese modo se reduce la pérdida de tiempo que implicaría el
hecho de obligarlos a desplazarse de un lado a otro.
Por lo general, la mayoría de las distribuciones quedan diseñadas eficientemente
para las condiciones de partida; sin embargo, a medida que la organización crece
y/o ha de adaptarse a los cambios internos y externos, la distribución inicial se
vuelve menos adecuada, hasta llegar el momento en el que la redistribución se hace
necesaria. Los motivos que justifican esta última se deben, con frecuencia, a tres
tipos básicos de cambios:En el volumen de producción, que puede requerir un mayor
aprovechamiento del espacio.
En la tecnología y en los procesos, que pueden motivar un cambio en
recorridos de materiales y hombres, así como en la disposición relativa
a equipos e instalaciones.
En el producto, que puede hacer necesarias modificaciones similares a
las requeridas por un cambio en la tecnología.
La frecuencia de la redistribución dependerá de las exigencias del propio proceso
en este sentido. En ocasiones, esto se hace periódicamente, aunque se limite a la
realización de ajustes menores en la distribución instalada (por ejemplo, los cambios
de modelo en la Fabricación de automóviles); otras veces, las redistribuciones son
continuas, pues están previstas como situación normal y se llevan a cabo casi
ininterrumpida mente; pero también se da el caso en el que las redistribuciones no
tienen una periodicidad concreta, surgiendo, bien por alguna de las razones
expuestas anteriormente, bien porque la existente se considera una mala
distribución.
Algunos de los síntomas que ponen de manifiesto la necesidad de recurrir a la
redistribución de una planta productiva son:
- Congestión y deficiente utilización del espacio.
- Acumulación excesiva de materiales en proceso.
- Excesivas distancias a recorrer en el flujo de trabajo. ·
- Simultaneidad de cuellos de botella y ociosidad en centros de trabajo.
- Trabajadores cualificados realizando demasiadas operaciones poco complejas.
- Ansiedad y malestar de la mano de obra.
- Accidentes laborales.
- Dificultad de control de las operaciones y del personal.
Al abordar el problema de la ordenación de los diversos equipos, materiales y
personal, se aprecia cómo la distribución en planta, lejos de ser una ciencia, es más
bien un arte en el que la pericia y experiencia juegan un papel fundamental. Todas
las técnicas son muy simples, puesto que su única utilidad es servir de soporte al
verdadero ejecutor que es el ingeniero que desarrolla la distribución.
Es conveniente sin embargo conocer las técnicas pues ayudan a tener una base de
argumentación y defensa de nuestra decisión.
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