Es necesario conocer la totalidad de los factores implicados en la
misma, así como sus interrelaciones.
La influencia e importancia relativa de los mismos puede variar con cada organización y situación concreta; en cualquier caso,
la solución adoptada para la distribución en planta debe conseguir un equilibrio entre
las características y consideraciones de todos los factores, de forma que se
obtengan las máximas ventajas. De manera agregada, los factores que tienen
influencia sobre cualquier distribución pueden encuadrarse en ocho grupos que
comentamos a continuación:
Los materiales
Dado que el objetivo fundamental del Subsistema de Operaciones es la obtención
de los bienes y servicios que requiere el mercado, la distribución de los factores
productivos dependerá necesariamente de las características de aquéllos y de los
materiales sobre los que haya que trabajar. A este respecto, son factores
fundamentales a considerar el tamaño, forma, volumen, peso y características
físicas y químicas de los mismos, que influyen decisivamente en los métodos de
producción y en las formas de manipulación y almacenamiento. La bondad de una
distribución en planta dependerá en gran medida de la facilidad que aporta en el
manejo de los distintos productos y materiales con los que se trabaja.
La maquinaria
Para lograr una distribución adecuada es indispensable tener información de los
procesos a emplear, de la maquinaria, utillaje y equipos necesarios, así como de la
utilización y requerimientos de los mismos. La importancia de los procesos radica
en que éstos determinan directamente los equipos y máquinas a utilizar y ordenar.
El estudio y mejora de métodos queda tan estrechamente ligado a la distribución en planta que, en ocasiones, es difícil discernir cuáles de las mejoras conseguidas en
una redistribución se deben a ésta y cuáles a la mejora del método de trabajo ligada
a la misma.
La mano de obra
También la mano de obra ha de ser ordenada en el proceso de distribución,
englobando tanto la directa como la de supervisión y demás servicios auxiliares. Al
hacerlo, debe considerarse la seguridad de los empleados, junto con otros factores,
tales como luminosidad, ventilación, temperatura, ruidos, etc. De igual forma habrá
de estudiarse la cualificación y flexibilidad del personal requerido, así como el
número de trabajadores necesarios en cada momento y el trabajo que habrán de
realizar. De nuevo surge aquí la estrecha relación del tema que nos ocupa con el
diseño del trabajo, pues es clara la importancia del estudio de movimientos para una
buena distribución de los puestos de trabajo.
El movimiento
En relación con este factor, hay que tener presente que las manutenciones no son
operaciones productivas, pues no añaden ningún valor al producto. Debido a ello,
hay que intentar que sean mínimas y que su realización se combine en lo posible
con otras operaciones, sin perder de vista que se persigue la eliminación de manejos
innecesarios y anti económicos.
Las esperas
Uno de los objetivos que se persiguen al estudiar la distribución en planta es
conseguir que la circulación de los materiales sea fluida a lo largo de la misma,
evitando así el coste que suponen las esperas y demoras que tienen lugar cuando
dicha circulación se detiene.
Los servicios auxiliares
Los servicios auxiliares permiten y facilitan la actividad principal que se desarrolla
en una planta. Entre ellos, podemos citar los relativos al personal (por ejemplo: vías
de acceso, protección contra incendios, primeros auxilios, supervisión, seguridad,
etc.), los relativos al material (por ejemplo: inspección y control de calidad) y los
relativos a la maquinaria (por ejemplo: mantenimiento y distribución de líneas de
servicios auxiliares). Estos servicios aparecen ligados a todos los factores que
toman parte en la distribución estimándose que aproximadamente un tercio de cada
planta o departamento suele estar dedicado a los mismos.
El edificio
La consideración del edificio es siempre un factor fundamental en el diseño de la
distribución, pero la influencia del mismo será determinante si éste ya existe en el
momento de proyectarla. En este caso, su disposición espacial y demás
características (por ejemplo: número de pisos, forma de la planta, localización de
ventanas y puertas, resistencia de suelos, altura de techos, emplazamiento de
columnas, escaleras, montacargas, desagües, tomas de corriente, etc.) se presenta
como una limitación a la propia distribución del resto de los factores, lo que no
ocurre cuando el edificio es de nueva construcción.
Los cambios
Como ya comentamos anteriormente, uno de los objetivos que se persiguen con la
distribución en planta es su flexibilidad. Es, por tanto, ineludible la necesidad de
prever las variaciones futuras para evitar que los posibles cambios en los restantes
factores que hemos enumerado lleguen a transformar una distribución en planta
eficiente en otra anticuada que merme beneficios potenciales. Para ello, habrá que
comenzar por la identificación de los posibles cambios y su magnitud, buscando una
distribución capaz de adaptarse dentro de unos límites razonables y realistas.
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